FAMILIA
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La familia es la base de la sociedad dentro del plan de Dios. “Edifiquen casas y habítenlas; planten árboles y coman sus frutos; cásense y tengan hijos e hijas." (Jer 29, 5) La Gracia de Dios es compartida por los esposos:
En el relato del Génesis, Dios completa la creación con la mujer, con la cual el hombre debe crear familia: "De la costilla que Yavé había sacado al hombre, formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces el hombre exclamó: “Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada varona porque del varón ha sido tomada.” Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y pasan a ser una sola carne. " (Gn 2, 22-24) Por eso en el libro de los Hechos de los Apóstoles, se señala que una de las herencias de los verdaderos cristianos es la bendición de la familia: "Ustedes son los hijos de los profetas y los herederos de la alianza que Dios pactó con nuestros padres, al decir a Abraham: A través de tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra." (Hch 3, 25) La multiplicación de las familias es una de las señales de la acción de Dios: "pero él, que derrama el desprecio sobre los grandes y los hace errar en un desierto sin caminos, levanta al pobre de su miseria y multiplica las familias como el rebaño." (Sal 107, 40-41) Pensar en eso es de sabios, sostiene el salmista al final de ese salmo 107: "¡El que sea sabio, que medite estas cosas y reconozca las bondades del Señor!" (Sal 107, 43) En ese marco, ¿cómo no iban a ser ensalzados los hijos, como tan insistemente hace la Biblia? "Aquí están nuestros hijos como plantas que van creciendo desde su niñez; nuestras hijas son columnas angulares esculpidas en el frontis de un palacio." (Sal 144, 12, leer también Sal 128, 3) El respeto de los hijos a los padres es mandamiento: "Respeta a tu padre y a tu madre, para que se prolongue tu vida sobre la tierra que Yavé, tu Dios, te da." (Ex 20, 12) Por el respeto a los padres se obtiene un tesoro: "¡Hijos, óiganme, les habla su padre! Sigan mis consejos y se salvarán. Porque el Señor quiso que los hijos respetaran a su padre, estableció la autoridad de la madre sobre sus hijos. El que respeta a su padre obtiene el perdón de sus pecados; el que honra a su madre se prepara un tesoro. Sus propios hijos serán la alegría del que respeta a su padre; el día en que le implore, el Señor lo atenderá. El que respeta a su padre tendrá larga vida; el que obedece al Señor será el consuelo de su madre. Servirá a los que le dieron la vida como si sirviera al Señor." (Sir 3, 1-7) San Pablo, al referirse a estas promesas, también recuerda a los padres que deben inspirarse en el Señor para la educación y corrección de sus hijos: "Hijos, obedezcan a sus padres, pues esto es un deber:a tu padre y a tu madre.además, el primer mandamiento que va acompañado de una promesa: que seas feliz y goces de larga vida en la tierra.ustedes, padres, no sean pesados con sus hijos, sino más bien edúquenlos usando las correcciones y advertencias que pueda inspirar el Señor." (Ef 6, 1-4) Nuestro deber cristiano es siempre atender primero nuestra familia. "Si una viuda tiene hijos o nietos, que aprendan éstos primero a cumplir sus deberes con su propia familia y a ayudar a sus padres. Esto es lo correcto ante Dios." (1 Tm 5, 4) Amar bajo la inspiración del Señor es importante para que el amor familiar no degenere en desamor a Dios, pues ni la familia está por encima de El, como advirtió Jesús: "El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no carga con su cruz y viene detrás de mí, no es digno de mí. El que antepone a todo su propia vida, la perderá, y el que sacrifique su vida por mi causa, la hallará." (Mt 16, 37-39) Esto explica la frase de Jesús más atrás sobre el enfrentamiento entre familiares por su causa (Mt 10, 34-36), aunque por supuesto esto no puede entenderse en el sentido de dejar a un lado nuestra familia y descuidarla so pretexto de atender a Dios, pues eso lo condena expresamente la Biblia: “Quien no se preocupa de los suyos, especialmente de los de su casa, ha renegado de la fe y es peor que el que no cree.” (1 Tm 5, 8) Seamos equilibrados hasta en esto, pues el equilibrio es virtud deseable (1 Co 5, 5). En este tema, entonces, pidamos Espíritu Santo para lograr la adecuada medida, pues es por el Espíritu Santo que podremos ser verdaderos adoradores del Padre:
Lecturas complementarias: "LA FAMILIA EN LA BIBLIA" de Eduardo de la Serna, Revista Bíblica Argentina Matrimonio y Familia (en ACI Prensa) "¿Jesucristo admitió el divorcio?" Pontificio Consejo para la Familia Familia y Vida (en catholic.net) Matrimonio y Familia (en ACI Digital) Sitio oficial del movimiento Encuentro Matrimonial "CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL MUNDO" de la Congregación para la Doctrina de la Fe Cursos prematrimoniales: "Audio charlas de preparación para el matrimonio" del P. Horacio Bojorge (en es. catholic.net) "Manual para Matrimonios-Guía" (Episcopado chileno) "PREPARACIÓN AL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO" Documento del PONTIFICIO CONSEJO PARA LA FAMILIA |
En inglés:
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